¿En qué momento surge el Quentin Tarantino que hoy conocemos?
Según la crítica,
Reservoir Dogs causó revuelo y Pulp Fiction confirmó la idea que circulaba de
boca en boca de que había un nuevo director que hablaba más rápido que
Scorsese, escribía sus propios guiones y estaba abriéndose lugar a fuerza de personajes
criminales que gatillaban palabras.
Se puede pensar eso. Es
una posibilidad.
Que luego de ocho años
de patear puertas y escribir en cualquier retazo de papel disponible haya
logrado filmar esas dos películas que hoy son de culto y que ahí surge el Director
con firma propia.
Pero hablar de Tarantino
y el cine es hablar de una historia de amor de larga data.
Quentin, el gran narrador
de historias, lleva viviendo en el universo de cintas de 35mm desde el momento
en que recreaba escenas de películas con sus muñequitos de GI JOE.
Desde antes de
entender lo que significaba ser cinéfilo él ya lo era.
Estudió actuación pensando
que ese podía ser un camino de llegar a trabajar en cine y en el camino encontró
un vacío importante para un pibe que había crecido viendo historias de
westerns, policiales, spaghetti westerns, cine de artes marciales.
“Al cine de Hollywood
le faltan buenas historias”, dijo en una entrevista post estreno de Pulp
Fiction.
He aquí un punto de
evolución en el cine de la alfombra roja y las tramas de situaciones
predecibles: un tipo que quiere contar buenas historias.
Los guiones de
Tarantino tienen su base en la literatura popular, géneros despectivamente
llamados “menores” pero abrazados con fuerza por fuera del ámbito académico, y
en las películas que lo hicieron feliz.
He aquí la renovación
que necesitaba el cine en los tempranos 90s: un tipo de un barrio popular de
Tenesse llegó para plasmar en la pantalla las calles que pateó, las personas
con las que se cruzó, el cine que lo formó, las revistas y libros que lo
marcaron.
El director que
escribe guiones, como él se auto denomina, incorpora diálogos cotidianos que
acercan los personajes al espectador, que los humanizan.
Vince Vega es un asesino
a suelo temido pero todos empatizamos con él con su historia de la hamburguesa
Royale cheese y su miedo de “cagarla “con Mía Wallace, la esposa de su jefe.
Tarantino es un
director que invita a su fiesta a toda aquella persona que disponga de dos
horas, dos horas y media, para entregarse al disfrute de una historia bien
contada.
Si sos cinéfilo/a, vas
a captar las referencias múltiples a otros textos (cinematográficos o escritos)
que hay en una película. Si no lo sos, vas a disfrutar igualmente de una gran
película. Como Pulp Fiction, una ¿comedia negra criminal, podríamos decir? que
tiene, además de un entramado no lineal, un uso de la banda sonora que se
volvió un hit en todas las obras del director.
“You never can tell”
de Chuck Berry suena en fiestas, bares, en terrazas, en cocinas en las que se
preparan buenas burguers… y todos, y todas, movemos las patitas bailando twist.
Entidades espectadoras,
las invitamos a escuchar este primer especial del director que juntó todo eso
que otros llaman basura, como el pulp, el policial negro, la palabra de la calle,
y lo convirtió en la jeringa de adrenalina que Hollywood necesitaba para volver
a contar buenas historias.
Lista de temas:
1- Misirlou – Dick Dale
& His Del-Tones (1962)
2- Jungle
Boogie – Kool & The Gang (1973)
3- Bustin’
Surfboards – The Tornadoes (1962)
4- Bullwinkle
PT II – The Centurions (1964)
5- Son
of A Preacher Man – Dusty Springfield (1968)
6- You
Never Can Tell – Chuck Berry (1964)
7- Girl,
You’ll Be A Woman Soon – Urge Overkill (1992)
8- Surf
Rider – The Lively Ones (1963)
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